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Cómo reconquistar a tu pareja

Por desgaste, por rutina, por desilusión o por falsas expectativas pueden desaparecer esas mariposillas del estómago que sentimos cuando tu pareja te habla, te mira o te sonríe. Cuando esto sucede, nos comportamos con indiferencia hacia él o ella y, en algunos casos, con actitudes aún más dolorosas. Así, tal como explica la psicóloga Mila Cahúe, autora del libro ‘Amor del bueno’, algunos de los signos que indican que una pareja está deteriorada serían: falta de interés por hacer feliz al otro, distanciamiento, dejar de querer agradar y, dependiendo del grado de autocontrol de cada uno, desprecios, ofensas, insultos o ninguneos.

Hay que evitar llegar a conductas difíciles de reparar”

MILA CAHÚEPsicóloga y experta en pareja

Cada pareja es única y sus circunstancias también lo son, pero tal como comentan los expertos de Therapy Chat, para ellos una relación está deteriorada cuando han perdido la ilusión que les unió y no les interesa solucionar los conflictos ni alimentar la relación. “La falta de comunicación y el vacío que se siente llevan a que uno (o ambos) eviten pasar tiempo juntos y conviertan los defectos antes invisibles en el detonante de vehementes discusiones”, explican.

Algunas señales de alerta, en este sentido, serían las que detalla la psicóloga Mila Cahúe: no se tienen pequeños detalles con la pareja, se olvidan los bonitos gestos cotidianos (un buenos días, un beso, una caricia, un guiño…), se priorizan otras actividades por delante de compartir momentos con la pareja, se desatienden las necesidades emocionales del otro y la comunicación comienza a ser más superficial.

En toda relación sana debe primar el equilibrio entre el tiempo y el espacio individual y el que se dedica a la pareja. Cuando este equilibrio se rompe porque uno o ambos miembros de la pareja dudan de si se trata de la persona adecuada, cuando las inquietudes y necesidades del compañero no son prioritarias para la otra persona, podemos hablar de una pérdida de interés. “Es importante aclarar que esta situación es reversible siempre que ambas partes se impliquen en recuperar la conexión que antes les unía”, aclaran en TherapyChat.

Objetivo: volver a mirarse

Una vez identificados los signos de alerta, vayamos a las soluciones. Los consejos que propone Mila Cahúe son ilustrativos:

Decálogo para recuperar el interés por el otro

  1. No dejar que la felicidad en pareja ocurra: hay que trabajarla a diario.
  2. Permitir pequeños espacios consensuados en los que cada cual pueda desarrollar su personalidad y gustos, o simplemente compartir con otras personas distintas facetas de su carácter. Esto enriquece lo que cada uno aporta a la relación, y además permite descubrir recíprocamente matices nuevos.
  3. No darlo todo por hecho una vez que se consolida la relación. No es el final, sino el principio de un camino juntos. La relación, en sí, no es aburrida; pueden serlo las personas que la conforman.
  4. Tener espacios únicamente para los dos. Planificarlos ha de ser tarea de ambos, así como la capacidad de sorprender. No tener miedo a equivocarse: mejor errar y reír, que desaparecer por tedio.
  5. No dejar de autoconocerse. Es la mejor manera de sorprenderse a uno mismo y al otro.
  6. Comunicarse con fluidez (no quiere decir que uno tenga que verbalizar todo lo que se le venga a la cabeza. La empatía, el tacto y el respeto son cruciales en la relación de pareja). Tener capacidad de llegar rápidamente a acuerdos, no imponer, y que haya transparencia. Hay personas que confunden “consensuar” con “pedir permiso”. A los padres o jefes se les pide permiso; con la pareja, se consensua. Esta capacidad es un buen termómetro para medir el grado de crecimiento y maduración de cada uno.
  7. Reírse y pasarlo bien juntos. No hay nada que relaje más y que nos haga sentir más confiados. La confianza es el cimiento de cualquier relación sana.
  8. Cuidarse físicamente, y también aquellos aspectos que sabemos nos hacen atractivos ante nuestra pareja, más allá de los meramente físicos. Que nuestra pareja tenga ganas de estar con nosotros, es clave.
  9. Aprender a relativizar, a no dramatizar.
  10. Aprender a hacer feliz al otro, y enseñar lo que nos hace felices. Recíprocamente. Y aprender a generar y proponer alternativas de solución cuando las cosas no van bien.

El proyecto de futuro, clave

Uno de los grandes retos para una pareja es el tiempo que se dedican “como pareja”, que suele ser reducido si lo comparamos con el resto de nuestra cotidianidad y eso hace que sea difícil crear vínculos sólidos. “No se comparte tiempo y, en la mayoría de los casos, tampoco proyectos que nos ilusionen. Como mucho, momentos, que no son suficientes para profundizar en una relación. Es cierto que hay que intentar aumentar el tiempo compartido, y esto se facilitará si va unido a actividades que ilusionen a ambos, ya sean deporte, ocio, proyectos laborales, de familia, etc. Cuando se tiene claro el para qué, es más fácil encontrar el qué“, precisa Cahúe.

En el amor, como añaden en Therapy Chat, no se puede dar nada por sentado y hay que trabajar la relación día a día. Tener una pareja es una responsabilidad y hay que asumirla dándole la importancia que se merece: dedicarle tiempo de calidad, seguir teniendo citas, distribuir equitativamente las responsabilidades del hogar, conversar abiertamente de todos los temas, procurar tener una buena relación con la familia política o trabajar la confianza son aspectos que nunca deberían dejarse de lado. Todo esto unido a pequeños detalles cotidianos como desear buenos días o preguntar por algún amigo o proyecto importante para el otro, ayuda a mantener (y en caso de crisis, restaurar) la salud de una relación. “Hay que proteger la relación de pareja con la misma intención con la que se tiene la responsabilidad de ir a trabajar o de pagar puntualmente el alquiler: tu pareja no puede ser ese plan que se pospone continuamente, sino que ha de ser una prioridad”, insisten.

¿Y si no es posible?

Cuando una pareja está consolidada, ciertamente se intentan “quemar todos los cartuchos” antes de dar un paso definitivo. “Esto es lícito e incluso diría que necesario, para que nunca queden remordimientos tras tomar una decisión. Pero nunca hay que ir más allá de lo que atente a nuestra propia dignidad, que nos haga perder el precioso tiempo de nuestra vida, o cuando los intentos pongan en riesgo nuestro propio futuro”, comenta Cahúe.

Pareja viene de “par”, dos. Cuando uno no quiere, no hay pareja. Aunque duela, la experta opina que es mejor reconocerlo, quedarnos con lo mejor de lo vivido, hacer un luto prudencial por lo perdido, y empezar a otear nuevos horizontes. La vida, en definitiva, es una aventura del alma.

Autore: RSS de noticias de

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