La nueva agenda de Letizia: qué es lo que va a cambiar la mujer que más manda en Zarzuela después de la reina

Author: mujerhoy

Lo primero que salta a la vista y da que pensar en el
el nuevo tándem que forman Letizia Ortiz y Dolores Ocaña, monarca y secretaria, es la similitud de su apariencia física. Son clónicas en su físico trabajado, su estética profesional y sus inteligentes melenas. Muy amantes de sus respectivas profesiones y de 51 años las dos,
ninguna ha navegado mares precisamente tranquilos. .

Sabemos que
Dolores Ocaña, casada con el economista Álvaro Sanmartín Antelo y madre de tres hijos, fue reclutada por el ministro del
primer gobierno de Pedro Sánchez Luis Planas, como subsecretaria de Agricultura, Pesca y Alimentación. Ocupó el cargo de 2018 a 2020. Antes, en 2017, ya se manifestó contra «la inadmisible agresión de los partidos separatistas» en Cataluña. En 2023 firmó un manifiesto contrario a los acuerdos de investidura entre el PSOE y Junts per Catalunya, la amnistía de los líderes independentistas procesados y el referéndum de autodeterminación.

La primera fotografía de Letizia y Dolores es de 2019, cuando su ahora secretaria formó parte de la comitiva que acompañó a la reina en la inauguración del Centro Mundial de Valencia para la Alimentación Urbana Sostenible. Seguro que ahí
hicieron buenas migas: la cuestión de la alimentación es central para la monarca, como saben los tenderos y emprendedores que la reciben cada año en la feria de alimentación eco Biocultura. Habrá quien piense que es fácil tener química con alguien que, sobre el papel, se te parece tanto. En realidad, es justo al contrario.

La reina Letizia y Dolores Ocaña (GTRES)

Cómo se llevan Letizia y Dolores Ocaña

La teoría del espejo sostiene que rechazamos a aquellos que reflejan nuestros defectos. Seguramente
admira a Dolores Ocaña por salir airosa en ambientes tanto o más masculinizados que Zarzuela: su secretaria, abogada del Estado desde 2003, ha trabajado en el sector de la ganadería y los servicios agrarios. Pocos ambientes más viriles y rústicos, aunque tampoco le andan a la zaga los Juzgados Centrales de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional o la Delegación del Gobierno en Madrid.

«Capacidad de liderazgo, potenciación del trabajo en equipo, motivación para el trabajo en un entorno honesto y cooperativo. Carácter que facilita un entorno agradable y positivo en el trabajo. Generación de confianza en el asesoramiento jurídico». Así se describe ella misma en su perfil de LinkedIn, donde figura su último destino, en el Ministerio de Educación. Varios medios de comunicación han confirmado con fuentes anónimas que es sociable, sonriente, discreta y muy accesible.
Añadamos: inescrutable.

Letizia va a necesitar todas las artes diplomáticas y la inteligencia negociadora de Dolores Ocaña si, como parece, inaugura su segunda década como monarca con la intención de intervenir en la fontanería de Zarzuela. Este será
su legado más trascendental, una actualización mucho más relevante para el futuro de la Corona que ofrecerse como ‘punching ball’ de la reacción a las distintas crisis de reputación que han afectado a la familia Borbón, desde el mismo anuncio de su compromiso con el rey Felipe VI.

Dolores Ocaña, nueva secretaria de Letizia (GTRES)

La idea rectora es
«feminizar Zarzuela», un equipo de trabajo en el que solo figuran dos mujeres: Ocaña y la interventora
Beatriz Rodríguez Alcobendas. Evidentemente, esta composición del equipo que asesora, gestiona y dirige el funcionamiento de la Corona prescinde absolutamente de las recomendaciones de paridad que asumen, por ejemplo, las más importantes empresas del Ibex 35. No parece sensato mantener esta masculinización tan radical, que además no recoge el talento y perspectiva de la mitad de la población.

En una mirada de más largo aliento, cabe esperar que la reina Letizia y Dolores Ocaña
replanteen de alguna manera la distribución temática de eventos que se reparten en la agenda oficial de los reyes. Si Felipe VI responde ante empresarios, inversores y financieros, la monarca sirve a causas benéficas, sobre todo relacionadas con la infancia, la salud mental, la alimentación y la igualdad. La jerarquización de materias ya no cabe en plano siglo XXI.

Lo vimos en la reciente
visita de los reyes a Holanda: Letizia y Máxima, ambas con carrera profesional a sus espaldas, podían presumir de más contacto con el mundo empresarial y conocimiento de su funcionamiento real que sus maridos. ¿Por qué reducir su representación a unas pocas temáticas? Más aún: ¿acaso no está llamada Leonor a responder ante los mismos empresarios y financieros que ahora recibe el rey? ¿Acudirá su consorte a las citas de beneficencia que ahora atiende Letizia?

Feminismo en Zarzuela

Como vemos, la cuestión del sexismo en la gestión de la agenda oficial puede ser hoy una cuestión menor, pero mañana se prevé ciertamente problemática. Comenzar ahora a eliminar progresivamente el sesgo del reparto de tareas puede suavizar bastante el aterrizaje del futuro marido de Leonor. Recordemos las rebeldías de los consortes incómodos con su papel, de
Felipe de Edimburgo a Enrique de Dinamarca. No se resignan a un papel secundario tan fácilmente como las consortes.

El trabajo que Dolores Ocaña tiene por delante no es fácil, aunque la remuneración que se le destina no es nada despreciable. En 2019, la ley de transparencia desveló que su cuenta corriente ascendía a 23.496 euros, que poseía otros 300.000 en acciones y que su sueldo rondaba los 105.000 euros. Su nuevo cargo en Zarzuela podría aumentar un poco más sus emolumentos, hasta los 120.000. Hablamos de casi 10.000 euros al mes, para resarcir una dedicación que se supone exigente.