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La misteriosa vida secreta de Karl Lagerfeld como nadie la imaginaba: madre cruel, amante salvaje y atracón de pasteles

Author: mujerhoy

Elena de los Ríos

El traje alicatado hasta el techo que caracterizaba al Káiser no era simplemente una seña de identidad: efectivamente, funcionaba como una armadura. En
‘Becoming Karl Lagerfeld’, la serie que Disney+ estrena este viernes 7 de junio, la función de este característico look queda al descubierto en solo un par de escenas. En una,
el diseñador mercenario más solicitado de París reconoce esconder su edad (38 años) para no quedar arrumbado como vieja gloria antes alcanzar la alta costura. En otra, vemos cómo oculta el corsé que aprieta sus kilos, aún disimulables.

Todo el físico de Karl Lagerfeld ejecutaba una tenebrosa orden mental de híper control. La cara de
Daniel Brühl, protagonista del biopic de Disney, parece de piedra prácticamente todo el metraje. Aparentemente inconmovible tras sus gafas de sol, bajo la dura fachada de Karl bullía a presión de olla rápida una represión brutal, pero tremendamente funcional a la industria. Todo lo contrario de lo que le sucedía a
su archienemigo, Yves Saint Laurent. Demasiado humano, demasiado emocional y demasiado descontrolado para el mundo de la moda.

Mucho de lo que se ve en ‘Becoming Karl Lagerfeld’, la serie de Disney que se estrena el 7 de junio, aparece en ‘Kaiser Karl’ (Albin Michel, 2019), la biografía no autorizada de Raphaëlle Bacqué. Aún así, impacta contemplar en acción lo escrito, también porque Daniel Brühl resulta especialmente escalofriante como el inhumano Káiser.
En esta primera temporada vemos solo seis capítulos, en los que se desgrana la década de los 70 del diseñador. Quedan fuera sus inicios: la infancia en Alemania en pleno nazismo, la llegada a París y sus primeros pasos en Balmain como asistente.

La madre y la máscara

En realidad, casi todo lo sustancial de Karl Lagerfeld se ventila justo en los años que la serie no refleja más que tangencialmente, a través de la figura de su madre.
¿Por qué se esconde, incluso se disfraza, Karl? Sus biógrafos, no solo Bacqué, periodista de Le Monde, sino también Alfons Kaiser apuntan a su infancia. Hijo del régimen nazi, el niño Karl fue considerado el rey de la casa desde su mismo nacimiento. No tuvo amigos, más allá de «dos o tres niños que usaba como esclavos», escribe Kaiser en ‘Karl Lagerfeld, A Life in Fashion’ (Abrams, 2022). A los seis años hablaba francés y devoraba las revistas de su madre. Tenía delirios de grandeza.

Fotograma serie ‘Becoming Karl Lagerfeld’ /

INSTAGRAM

Su padre fue considerado más un oportunista, interesado en proteger sus negocios, que un verdadero nazi: un «parásito sin escrúpulos». Su madre, sin embargo, consideraba que Hitler podía hacer a Alemania grande otra vez. Pronto su patriotismo y deseo de orden se vio decepcionada por la deshumanización y el caos del régimen nazi.
Karl vivió gran parte de su vida secuestrado por el nazismo de su familia, una mancha imperdonable en un París que había sido ocupado. Esta fue una de las razones de su impenetrable disfraz.

La otra fueron
las constantes humillaciones. En el colegio se reían de él, de su pelo largo y moreno. De su costumbre de llevar traje y corbata. Siempre estaba solo. Le pagaba por ser amanerado. Tanto, que tenían que acompañarle en el trayecto de casa al colegio para evitar palizas. Se refugió en el dibujo. Su madre ansiaba una vida cosmopolita y quiso lograrla a través del talento de su hijo. Cuando constató que no iba a ser artista y que su talento le remitía a la moda, Karl también huyó de sí mismo por haber decepcionado a sus padres. «¿Con quién voy a poder ser yo cuando no estés?», le dice a su madre cuando esta sufre un ictus y Karl entiende que le queda ya poco tiempo.

Su primer gran amante en París

Los seis capítulos de la primera temporada de ‘Becoming Karl’ se centran sobre todo
en su relación con Jacques de Bascher, un joven aristócrata que se ha caracterizado casi siempre como una serpiente, un parásito mantenido por Lagerfeld que mantuvo una relación paralela con Yves Saint Laurent. La serie, sin embargo, ofrece otro prisma de esta relación. Una en la que la persona que se oculta tras una máscara se ve incapacitada para mantener alguna relación que sea mínimamente auténtica.

Fotograma serie ‘Becoming Karl Lagerfeld’ /

instagram

Alfons Kaiser cita a Jung para afirmar que «cuando una persona se identifica totalmente con el personaje que representa de cara al público, termina abandonando su vida interior». En la serie lo vemos bien: todo lo que Karl alcanza a ofrecer es exterioridad, fachada, adorno. «La máscara que le convierte en un icono y que protege su ‘verdadero yo’ mantiene a los demás a distancia», dice el biógrafo. También al joven De Bascher, sinceramente enamorado del diseñador pero eternamente frustrado por su frialdad.
El Káiser solo puede ofrecerle dinero, nada más.

La misteriosa vida sexual de Karl Lgerfeld

Durante 17 años, confesó Lagerfeld, cenó, desayunó, conversó, salió de juerga y se tiró los trastos a la cabeza con Jacques, pero jamás practicaron sexo. En la serie, se puede ver a un jovencísimo y desesperado Jacques de Bascher tratando de quitarle el camisón de dormir a un Karl Lagerfeld que huye horrorizado del dormitorio. Con 38 años. Aún en la veintena, cuando
el trío formado por Karl, Yves Saint Laurent y la modelo Victoire Doutreleau arrasaba la noche de París, el alemán jamás mostró interés sexual por nadie. Ni hombres ni mujeres. Los tres amigos dormían juntos, sin tocarse.

«Jacques amaba el dinero, pero vivía en una jaula de oro», explicó al biógrafo Alfons Kaiser su amigo Philippe Heurtault. «Solo podía tener lo que Karl le concedía, que no era precisamente lo que él quería». En la serie vemos que
el tóxico romance con Yves Saint Laurent solo fue una muestra más del despecho y la desesperación de De Bascher, deseado por todo París, pero rechazado por Lagerfeld. A este solo parecía satisfacerle la dependencia absoluta de Jacques a sus deseos. Al final, otro esclavo.

Una relación tóxica con la comida

Aunque Karl Lagerfeld siempre ha achacado al estrés los kilos de más, esos que se instalaron en su cuerpo sobre todo a partir de los 40 años, la serie de Disney va apuntando sutilmente
a su relación tóxica con la comida ya antes de llegar a Chanel. Su madre siempre contó que de niño ya era comilón, pero a lo largo de los seis capítulos de ‘Becoming Karl’ vemos al diseñador recurriendo a los dulces y tartas como compensación. Compensación por el disfraz y la represión.

Author: mujerhoy

Elena de los Ríos

El traje alicatado hasta el techo que caracterizaba al Káiser no era simplemente una seña de identidad: efectivamente, funcionaba como una armadura. En
‘Becoming Karl Lagerfeld’, la serie que Disney+ estrena este viernes 7 de junio, la función de este característico look queda al descubierto en solo un par de escenas. En una,
el diseñador mercenario más solicitado de París reconoce esconder su edad (38 años) para no quedar arrumbado como vieja gloria antes alcanzar la alta costura. En otra, vemos cómo oculta el corsé que aprieta sus kilos, aún disimulables.

Todo el físico de Karl Lagerfeld ejecutaba una tenebrosa orden mental de híper control. La cara de
Daniel Brühl, protagonista del biopic de Disney, parece de piedra prácticamente todo el metraje. Aparentemente inconmovible tras sus gafas de sol, bajo la dura fachada de Karl bullía a presión de olla rápida una represión brutal, pero tremendamente funcional a la industria. Todo lo contrario de lo que le sucedía a
su archienemigo, Yves Saint Laurent. Demasiado humano, demasiado emocional y demasiado descontrolado para el mundo de la moda.

Mucho de lo que se ve en ‘Becoming Karl Lagerfeld’, la serie de Disney que se estrena el 7 de junio, aparece en ‘Kaiser Karl’ (Albin Michel, 2019), la biografía no autorizada de Raphaëlle Bacqué. Aún así, impacta contemplar en acción lo escrito, también porque Daniel Brühl resulta especialmente escalofriante como el inhumano Káiser.
En esta primera temporada vemos solo seis capítulos, en los que se desgrana la década de los 70 del diseñador. Quedan fuera sus inicios: la infancia en Alemania en pleno nazismo, la llegada a París y sus primeros pasos en Balmain como asistente.

La madre y la máscara

En realidad, casi todo lo sustancial de Karl Lagerfeld se ventila justo en los años que la serie no refleja más que tangencialmente, a través de la figura de su madre.
¿Por qué se esconde, incluso se disfraza, Karl? Sus biógrafos, no solo Bacqué, periodista de Le Monde, sino también Alfons Kaiser apuntan a su infancia. Hijo del régimen nazi, el niño Karl fue considerado el rey de la casa desde su mismo nacimiento. No tuvo amigos, más allá de «dos o tres niños que usaba como esclavos», escribe Kaiser en ‘Karl Lagerfeld, A Life in Fashion’ (Abrams, 2022). A los seis años hablaba francés y devoraba las revistas de su madre. Tenía delirios de grandeza.

Fotograma serie 'Becoming Karl Lagerfeld'

Fotograma serie ‘Becoming Karl Lagerfeld’ /

INSTAGRAM

Su padre fue considerado más un oportunista, interesado en proteger sus negocios, que un verdadero nazi: un «parásito sin escrúpulos». Su madre, sin embargo, consideraba que Hitler podía hacer a Alemania grande otra vez. Pronto su patriotismo y deseo de orden se vio decepcionada por la deshumanización y el caos del régimen nazi.
Karl vivió gran parte de su vida secuestrado por el nazismo de su familia, una mancha imperdonable en un París que había sido ocupado. Esta fue una de las razones de su impenetrable disfraz.

La otra fueron
las constantes humillaciones. En el colegio se reían de él, de su pelo largo y moreno. De su costumbre de llevar traje y corbata. Siempre estaba solo. Le pagaba por ser amanerado. Tanto, que tenían que acompañarle en el trayecto de casa al colegio para evitar palizas. Se refugió en el dibujo. Su madre ansiaba una vida cosmopolita y quiso lograrla a través del talento de su hijo. Cuando constató que no iba a ser artista y que su talento le remitía a la moda, Karl también huyó de sí mismo por haber decepcionado a sus padres. «¿Con quién voy a poder ser yo cuando no estés?», le dice a su madre cuando esta sufre un ictus y Karl entiende que le queda ya poco tiempo.

Su primer gran amante en París

Los seis capítulos de la primera temporada de ‘Becoming Karl’ se centran sobre todo
en su relación con Jacques de Bascher, un joven aristócrata que se ha caracterizado casi siempre como una serpiente, un parásito mantenido por Lagerfeld que mantuvo una relación paralela con Yves Saint Laurent. La serie, sin embargo, ofrece otro prisma de esta relación. Una en la que la persona que se oculta tras una máscara se ve incapacitada para mantener alguna relación que sea mínimamente auténtica.

Fotograma serie 'Becoming Karl Lagerfeld'

Fotograma serie ‘Becoming Karl Lagerfeld’ /

instagram

Alfons Kaiser cita a Jung para afirmar que «cuando una persona se identifica totalmente con el personaje que representa de cara al público, termina abandonando su vida interior». En la serie lo vemos bien: todo lo que Karl alcanza a ofrecer es exterioridad, fachada, adorno. «La máscara que le convierte en un icono y que protege su ‘verdadero yo’ mantiene a los demás a distancia», dice el biógrafo. También al joven De Bascher, sinceramente enamorado del diseñador pero eternamente frustrado por su frialdad.
El Káiser solo puede ofrecerle dinero, nada más.

La misteriosa vida sexual de Karl Lgerfeld

Durante 17 años, confesó Lagerfeld, cenó, desayunó, conversó, salió de juerga y se tiró los trastos a la cabeza con Jacques, pero jamás practicaron sexo. En la serie, se puede ver a un jovencísimo y desesperado Jacques de Bascher tratando de quitarle el camisón de dormir a un Karl Lagerfeld que huye horrorizado del dormitorio. Con 38 años. Aún en la veintena, cuando
el trío formado por Karl, Yves Saint Laurent y la modelo Victoire Doutreleau arrasaba la noche de París, el alemán jamás mostró interés sexual por nadie. Ni hombres ni mujeres. Los tres amigos dormían juntos, sin tocarse.

«Jacques amaba el dinero, pero vivía en una jaula de oro», explicó al biógrafo Alfons Kaiser su amigo Philippe Heurtault. «Solo podía tener lo que Karl le concedía, que no era precisamente lo que él quería». En la serie vemos que
el tóxico romance con Yves Saint Laurent solo fue una muestra más del despecho y la desesperación de De Bascher, deseado por todo París, pero rechazado por Lagerfeld. A este solo parecía satisfacerle la dependencia absoluta de Jacques a sus deseos. Al final, otro esclavo.

Una relación tóxica con la comida

Aunque Karl Lagerfeld siempre ha achacado al estrés los kilos de más, esos que se instalaron en su cuerpo sobre todo a partir de los 40 años, la serie de Disney va apuntando sutilmente
a su relación tóxica con la comida ya antes de llegar a Chanel. Su madre siempre contó que de niño ya era comilón, pero a lo largo de los seis capítulos de ‘Becoming Karl’ vemos al diseñador recurriendo a los dulces y tartas como compensación. Compensación por el disfraz y la represión.

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