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Comienza una nueva era en Casa Real: por qué aprueba Letizia el regreso de la infanta Cristina y la invasión de nietos Borbón en Zarzuela

Author: mujerhoy

Elena de los Ríos

Los movimientos son mínimos, lentos y hasta exasperantes en estos tiempos acelerados. Todo para que parezcan insignificantes. Y, sin embargo, comienza a percibirse con cierta nitidez un
giro de acontecimientos en Casa Real que avanza, o eso parece, hacia una nueva etapa para la segunda década de los reyes Felipe y Letizia en el trono. Nada de lo que sucede en Zarzuela es cortoplacista, al contrario. Cada pequeño desplazamiento forma parte de una jugada que puede tardar completarse décadas. Por ejemplo, con
la coronación de Leonor, el objetivo por el que trabajan ya los nuevos equipos de los monarcas.

La renovación en la jefatura de los equipos de Felipe y Letizia, la entrada de
Camilo Villarino y
María Dolores Ocaña, se recibió como el anuncio de un giro en Zarzuela que, en realidad, lleva ya muchos meses preparándose. En los últimos días hemos constatado los frutos de ese lento giro hacia una
reconstitución de la familia real y su entorno. No solo vamos contemplando la precavida entrada de Leonor en parlamentos y su primera toma de contacto con las peliagudas cuestiones políticas. Se recomponen, además, vínculos en el entorno familiar que va a acompañarla.

El regreso inesperado de Elena y Cristina: por qué las infantas retoman ahora su agenda pública tras años de parón

Mientras Casa Real resuelve la patata caliente que ha lanzado el Consell de Mallorca, con una propuesta de nombrada Hija Adoptiva que no parece concitar el apoyo parlamentario suficiente, el plan para
recuperar cierta funcionalidad en la familia Borbón prosigue viento en popa. Lo constatamos en estos días, con
una oportuna reactivación de la infanta Elena en la agenda oficial de Casa Real y la presencia de la
infanta Cristina en un acto presidido por el rey Felipe. Tenía que ver con La Caixa, la empresa que la emplea, pero no deja por ello de ser significativo.

El evento en cuestión, la entrega de las becas La Caixa,
no cae bajo las atribuciones de la infanta Cristina como directora del Área Internacional de la Fundación Bancaria La Caixa. De hecho,
nunca había asistido con anterioridad. No es casualidad que haya podido fotografiarse a la hermana del rey Felipe sentada en la fila posterior a este durante el acto. No hubo imágenes de una conversación, pero lo lógico es que departieran con normalidad ante los asistentes.

Aprobado el retorno de las infantas

Podríamos considerar que Casa Real
inicia la descongelación de la infanta Cristina. Lo que diremos, sin embargo, es que el deshielo comenzó hace tiempo y solo ahora nos permiten ir familiarizándonos con él. El plan para recuperar a ambas infantas en la foto de familia de los Borbón es imparable. A efectos públicos, comenzó el pasado diciembre, en
la famosa comida de celebración del 60 cumpleaños de la infanta Elena.

Letizia con las infantas Elena y Cristina y la reina Sofía

Letizia con las infantas Elena y Cristina y la reina Sofía /

gtres

Entonces no hubo foto de familia. Tampoco en el 18 cumpleaños de Leonor en octubre y mucho menos en Marivent. Cada vez resulta más extraño que una familia que se ha reconstituido en lo privado no pueda manifestarlo en lo público. De hecho, el cisma más complicado de cerrar, la
brecha de confianza con el rey Juan Carlos, ha ido suturándose con sus visitas a Sanxenxo, cada vez más discretas. La guinda de ese pastel se puso en Windsor, a la salida de la
misa en memoria de Constantino de Grecia el pasado febrero. Hubo foto del emérito apoyado en su hijo, en presencia de la reina Letizia.

El de Letizia puede ser el nombre más difícil de incorporar al la foto de los Borbón, en parte por
la campaña de desprestigio que supuestamente se lanzó desde las proximidades de su familia política, en parte por las revelaciones acerca del rechazo que el rey Juan Carlos sentía por su nuera. De hecho, no ha pasado inadvertido que
la reina no estuviera en España en la semana en la que la infanta Cristina y la infanta Elena recuperaban protagonismo en la agenda real. La
duquesa de Lugo reapareció como presidenta de la importante corrida de la Beneficencia.

No cabe pensar que la reina sea ajena a esta sutil reincorporación de las infantas a la órbita de la representación de la Corona. De hecho, es probable que Letizia y su equipo haya tomado buena nota de las dificultades que existen en otras monarquías, la británica sin ir más lejos, para
sostener la imagen y popularidad de una familia real escasamente nutrida. Si Zarzuela plantea aumentar la presencia pública de los Borbón para afianzar su popularidad, o si la monarca debe disminuir su agenda por el motivo que sea, las opciones para cubrir su baja son mínimas.

Primos de la familia Borbón con la reina Sofía y las infantas Elena y Cristina

Primos de la familia Borbón con la reina Sofía y las infantas Elena y Cristina /

gtres

El importante papel de los sobrinos del rey

En una mirada larga también parece evidente que Leonor necesitará de
una familia dispuesta a echarle una mano, incluso contando con que su hermana Sofía se dedique ‘full time’ a labores de representación. La princesa y la infanta necesitan estrechar sus lazos con
sus primos Marichalar y Urdangarin, no solo por motivos afectivos, sino también laborales. La
reconciliación de Letizia con las infantas Elena y Cristina facilitaría que la confianza entre primos pudiera devenir en un futuro en colaboración.

Es en esta clave en la que podemos leer la anunciada
mudanza de Irene y Miguel Urdangarin (en algunas informaciones se citaba también a Victoria Federica) a Zarzuela, para convivir junto a su abuela, la reina Sofía. Hace tiempo que el rey Felipe manifestó su deseo de que el palacio no se convirtiera en un hotel para la familia del rey, pero su celo puede haber disminuido al contemplar la oportunidad que se le abre a su hija para estrechar lazos con los Borbones de nueva generación.

No hay que desdeñar, además, razones sentimentales que aconsejan dar marcha atrás en la rigidez para permitir que la reina Sofía, abuela al fin y al cabo,
disfrute de sus nietos. De hecho, en los últimos meses trascienden con mayor frecuencia salidas y comidas de la emérita con las infantas y sus hijos, conscientes de que la silenciosa matriarca del clan Borbón también va cumpliendo años. El
pequeño susto de salud que tuvo el pasado abril supuso un toque de atención para todos. Qué mejor regalo para la abuela que la reconciliación.

Author: mujerhoy

Elena de los Ríos

Los movimientos son mínimos, lentos y hasta exasperantes en estos tiempos acelerados. Todo para que parezcan insignificantes. Y, sin embargo, comienza a percibirse con cierta nitidez un
giro de acontecimientos en Casa Real que avanza, o eso parece, hacia una nueva etapa para la segunda década de los reyes Felipe y Letizia en el trono. Nada de lo que sucede en Zarzuela es cortoplacista, al contrario. Cada pequeño desplazamiento forma parte de una jugada que puede tardar completarse décadas. Por ejemplo, con
la coronación de Leonor, el objetivo por el que trabajan ya los nuevos equipos de los monarcas.

La renovación en la jefatura de los equipos de Felipe y Letizia, la entrada de
Camilo Villarino y
María Dolores Ocaña, se recibió como el anuncio de un giro en Zarzuela que, en realidad, lleva ya muchos meses preparándose. En los últimos días hemos constatado los frutos de ese lento giro hacia una
reconstitución de la familia real y su entorno. No solo vamos contemplando la precavida entrada de Leonor en parlamentos y su primera toma de contacto con las peliagudas cuestiones políticas. Se recomponen, además, vínculos en el entorno familiar que va a acompañarla.

El regreso inesperado de Elena y Cristina: por qué las infantas retoman ahora su agenda pública tras años de parón

Mientras Casa Real resuelve la patata caliente que ha lanzado el Consell de Mallorca, con una propuesta de nombrada Hija Adoptiva que no parece concitar el apoyo parlamentario suficiente, el plan para
recuperar cierta funcionalidad en la familia Borbón prosigue viento en popa. Lo constatamos en estos días, con
una oportuna reactivación de la infanta Elena en la agenda oficial de Casa Real y la presencia de la
infanta Cristina en un acto presidido por el rey Felipe. Tenía que ver con La Caixa, la empresa que la emplea, pero no deja por ello de ser significativo.

El evento en cuestión, la entrega de las becas La Caixa,
no cae bajo las atribuciones de la infanta Cristina como directora del Área Internacional de la Fundación Bancaria La Caixa. De hecho,
nunca había asistido con anterioridad. No es casualidad que haya podido fotografiarse a la hermana del rey Felipe sentada en la fila posterior a este durante el acto. No hubo imágenes de una conversación, pero lo lógico es que departieran con normalidad ante los asistentes.

Aprobado el retorno de las infantas

Podríamos considerar que Casa Real
inicia la descongelación de la infanta Cristina. Lo que diremos, sin embargo, es que el deshielo comenzó hace tiempo y solo ahora nos permiten ir familiarizándonos con él. El plan para recuperar a ambas infantas en la foto de familia de los Borbón es imparable. A efectos públicos, comenzó el pasado diciembre, en
la famosa comida de celebración del 60 cumpleaños de la infanta Elena.

Letizia con las infantas Elena y Cristina y la reina Sofía

Letizia con las infantas Elena y Cristina y la reina Sofía /

gtres

Entonces no hubo foto de familia. Tampoco en el 18 cumpleaños de Leonor en octubre y mucho menos en Marivent. Cada vez resulta más extraño que una familia que se ha reconstituido en lo privado no pueda manifestarlo en lo público. De hecho, el cisma más complicado de cerrar, la
brecha de confianza con el rey Juan Carlos, ha ido suturándose con sus visitas a Sanxenxo, cada vez más discretas. La guinda de ese pastel se puso en Windsor, a la salida de la
misa en memoria de Constantino de Grecia el pasado febrero. Hubo foto del emérito apoyado en su hijo, en presencia de la reina Letizia.

El de Letizia puede ser el nombre más difícil de incorporar al la foto de los Borbón, en parte por
la campaña de desprestigio que supuestamente se lanzó desde las proximidades de su familia política, en parte por las revelaciones acerca del rechazo que el rey Juan Carlos sentía por su nuera. De hecho, no ha pasado inadvertido que
la reina no estuviera en España en la semana en la que la infanta Cristina y la infanta Elena recuperaban protagonismo en la agenda real. La
duquesa de Lugo reapareció como presidenta de la importante corrida de la Beneficencia.

No cabe pensar que la reina sea ajena a esta sutil reincorporación de las infantas a la órbita de la representación de la Corona. De hecho, es probable que Letizia y su equipo haya tomado buena nota de las dificultades que existen en otras monarquías, la británica sin ir más lejos, para
sostener la imagen y popularidad de una familia real escasamente nutrida. Si Zarzuela plantea aumentar la presencia pública de los Borbón para afianzar su popularidad, o si la monarca debe disminuir su agenda por el motivo que sea, las opciones para cubrir su baja son mínimas.

Primos de la familia Borbón con la reina Sofía y las infantas Elena y Cristina

Primos de la familia Borbón con la reina Sofía y las infantas Elena y Cristina /

gtres

El importante papel de los sobrinos del rey

En una mirada larga también parece evidente que Leonor necesitará de
una familia dispuesta a echarle una mano, incluso contando con que su hermana Sofía se dedique ‘full time’ a labores de representación. La princesa y la infanta necesitan estrechar sus lazos con
sus primos Marichalar y Urdangarin, no solo por motivos afectivos, sino también laborales. La
reconciliación de Letizia con las infantas Elena y Cristina facilitaría que la confianza entre primos pudiera devenir en un futuro en colaboración.

Es en esta clave en la que podemos leer la anunciada
mudanza de Irene y Miguel Urdangarin (en algunas informaciones se citaba también a Victoria Federica) a Zarzuela, para convivir junto a su abuela, la reina Sofía. Hace tiempo que el rey Felipe manifestó su deseo de que el palacio no se convirtiera en un hotel para la familia del rey, pero su celo puede haber disminuido al contemplar la oportunidad que se le abre a su hija para estrechar lazos con los Borbones de nueva generación.

No hay que desdeñar, además, razones sentimentales que aconsejan dar marcha atrás en la rigidez para permitir que la reina Sofía, abuela al fin y al cabo,
disfrute de sus nietos. De hecho, en los últimos meses trascienden con mayor frecuencia salidas y comidas de la emérita con las infantas y sus hijos, conscientes de que la silenciosa matriarca del clan Borbón también va cumpliendo años. El
pequeño susto de salud que tuvo el pasado abril supuso un toque de atención para todos. Qué mejor regalo para la abuela que la reconciliación.

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