Author: mujerhoy
La familia real cuenta ya los minutos para disfrutar, por fin, de su ansiada semana de anonimato en sus vacaciones privadas. Son apenas diez días en los que Felipe, Letizia, Leonor y Sofía se relajan por completo, totalmente a cubierto de miradas ajenas. Esa es la razón de que viajen al extranjero, donde cuesta mucho más localizarles. Sabemos que han estado en el Caribe o navegando el Adriático en un yate, pero de sus bikinis no queda huella.
Tener que desplazarse miles de kilómetros para disfrutar de un poco de intimidad en destinos vacacionales secretos es una lata, pero también la única manera que tiene Letizia de proteger una exposición total de sus piernas de infarto y, en general, trabajada anatomía. En la élite del poder y la influencia, las mujeres suelen evitar que se publiquen fotos en traje de baño.
La alta sociedad ya no se fotografía en bikini
Esta alergia a exponerse con la mínima ropa admisible es un rasgo de la alta sociedad y la aristocracia que no llegó a cuajar totalmente en la jet set, a excepción de
Isabel Preysler. Tampoco en personalidades por encima del bien y del mal como la
duquesa de Alba y su hija, Eugenia. Por lo general, reinas, infantas y princesas tratan de no ser fotografiadas en bikini. Infructuosamente.
Pese a todos los impedimentos, hemos visto fotos en biquini de Elena y de la reina Letizia, en bañador de la reina Sofía y con todos los trajes de baño posibles, incluidas bermudas, a la
infanta Cristina. La hermana pequeña del rey Felipe es la que más veces ha sido fotografiada en Mallorca y Bidart con traje de baño. Elena y Letizia son más esquivas.
La reina Letizia y la entonces infanta Leonor, cuando aún se embarcaban en dirección de las aguas protegidas del parque natural de Cabrera. / gtreS Hasta 2007, cuando los paparazzi fotografiaron por primera y última vez a Letizia en bikini, la familia real buscaba intimidad en el archipiélago de Cabrera, un conjunto de 19 islas que forman parte de un parque natural que plantea bastantes restricciones a la hora de amarrar, fondear y pernoctar. La pillada en bikini debió sentarle fatal a la reina, pues desde entonces dejamos de verla embarcada y mucho nos tememos que no tome el sol más que en recintos privados (
dentro de Marivent) o cuando sale al extranjero. No era la primera vez que un paparazzi desvelaba las actividades de la familia real en la isla de Cabrera: en 1989, pillaron al entonces príncipe Felipe con Isabel Sartorius, su primera novia famosa.
Leonor y Sofía podrían haber vuelto a Cabrera este año
Pese a que los paparazzi saben que las restricciones para la navegación de Cabrera son convenientes a los deseos de anonimato de la familia real, los Borbón continúan frecuentando esas aguas. De hecho, parece que este mismo verano la princesa Leonor y la infanta Sofía han navegado por aquellas aguas con unos amigos, al resguardo de miradas y objetivos. De momento, las fotos en bikini de las hijas de Letizia son una entelequia.
Ninguno de los primos de Leonor y Sofía se preocupa tanto por su anonimato y, de hecho, Victoria Federica publica habitualmente en su perfil de Instagram fotos en bikini. De Irene Urdangarin también existen fotos en bikini, de sus jornadas de playa con la familia en Bidart. Sin embargo, la infanta Elena sí procura no dejarse ver en las playas públicas. Ella también tiene su escondite.
La infanta Cristina ha sido fotografiada con todo tipo de atuendos playeros en Bidart. (FOTO: GTRES)
Además de disfrutar de lo lindo de la privacidad, la piscina y el solarium de Marivent, una fortaleza de la que no sale foto alguna, la infanta Elena tiene la suerte de contar con amigas influyentes con casas inexpugnables. Una de ellas es Silvia Villar-Mir, propietaria de una gran mansión en Sotogrande, el llamado Beverly Hills andaluz, en la que suelen recibir a ambas infantas cada verano.
Sin embargo, el lugar más blindado con el que cuentan las infantas para disfrutar a pierna suelta del sol es, sin duda, Abu Dabi. Los paparazzi se exponen a verdaderos problemas con la policía si osan romper el derecho a la privacidad e intimidad que allí sí se salvaguarda a costa de la libertad de información. En los dominios orientales del rey emérito Juan Carlos, ambas infantas pueden tomar el sol en bikini sin miedo a ser fotografiadas. Algo que, seguramente, harán este mismo mes.