Author: mujerhoy
La aparición de las canas es un auténtico dilema personal. Desde que vislumbramos la primera que podemos disimular con un spray de canas hasta que se hace más que evidente en mechones blancos y grises repartidos en diferentes zonas del cabello. Que volvamos a revisitar el viejo debate de llevarlas o no, es solo una cuestión de tendencias de belleza que fluctuan entorno a referentes capilares mediáticos que rompen con lo establecido. Como la melena de la reina Letizia.
Pero lejos de lo que tengan que opinar unos y otros, vivirlo en primera persona significa tener que decidir con qué estilo de melena nos sentimos más cómodas. Y aunque la mayoría prefiere ocultar las canas con el uso de tintes y estar sujetas a su consecuente mantenimiento mensual, no siempre se tiene por qué cumplir esta norma generalizada.
Es cierto que una cana, «un pelo que carece completamente de melanina y que es transparente pero que se ve blanco por la luz», según cuenta la Dra. Claudia Bernárdez, especialista en dermatología y subespecializada en la rama de tricología en su libro ‘La biblia del cuidado del cabello’ (ed. Zenith), puede envejecer más que una fibra capilar que contengan los melanocitos intactos, que son las células encargadas de dar color.
Las características son las mismas que las de un pelo seco o dañado: «es un pelo más fosco y más poroso. Además puede que el tono se vuelva amarillo» por lo que «requiere de una nutrición frecuente e intensiva, además del uso de tintes azules o morados en champú o mascarillas» que maticen esta tonalidad. «Las canas no teñidas requieren cuidados, pero no se dañan tanto como si las teñimos; por eso está en aumento la tendencia de dejarlas al natural», explica la experta.
Cómo oculto mis canas sin tintes
Sobre estas líneas y como editora de belleza, no dudo en absoluto que un buen estilista capilar, experta o experto en coloración para el cabello blanco, pueda hacer absolutas maravillas. Como la de realizar mechas que disimulen las canas a la perfección sin necesidad de teñir en bloque.
En mi caso, no supero la treintena y ya tengo varias zonas del cabello repletas de canas que solo asoman según el tipo de peinado que lleve: basta con una simple coleta hacia atrás o con la raya en cualquier lateral. Siendo sincera, a veces me molestan y otras no. Por lo que antes de recurrir a un tinte capilar que pueda dañar mis puntas y cambie la textura natural de mi pelo, prefiero probar un recurso que siga mi cambio de opinión.
Con estas cartas sobre la mesa, ha llegado el momento de hablar en profundidad del spray de canas más vendido, el Magic Retouch de L’Oréal Paris. Se trata de uno de los pioneros en esto de los retocadores de raíces (existen otros formatos) y con todos sus pros y sus contras, lo sigo comprando desde la primera vez que lo probé.
Spray retocador canas y raíces Magic Retouch de L’Oréal Paris. / cortesía l’oréal En Druni por 6,39 euros En Amazon por 7,94 euros En El Corte Inglés por 8,55 euros
A favor
1. Disimula al instante todo tipo de canas y raíces, y es muy fácil de utilizar. Basta con agitar el producto y pulverizar directamente en la zona con su micro difusor ultra preciso a unos 10 centímetros. Después deja secar 3 segundos y listo.
2. No es definitivo. Se elimina perfectamente con el primer lavado de champú y dura horas aún en ambientes húmedos.
3. La gama de tonalidades es universal, hay seis colores disponibles que se adaptan a todo tipo de cabellos. En mi uso el negro igual que mi tono natural, pero también he comprado el castaño para dar reflejos como si fuese un pequeño cambio de look temporal.
4. Su precio: a diferencia de otros retocadores de raíces de peluquería, este no supera los ocho euros en los 100 ml. Yo lo utilizo espaciado, para ocasiones concretas y puede durarme meses. Si lo usas a diario, tiene hasta 33 aplicaciones según la cantidad de cabello.
Cómo se aplica el spray retocador, paso a paso. / cortesía l’oréal paris
En contra
1. Mancha. Hay que tener cuidado. Desde la marca aconsejan colocar una toalla sobre los hombros para no ensuciar la ropa, pero de las manos o de la frente no te libras. Nada que no se vaya con agua y jabón, una tarea que molesta si tienes prisa. Aconsejo utilizarlo con tiempo, a conciencia y sin el maquillaje puesto.
2. La textura. El acabado me recuerda a las lacas fijadoras tradicionales. La rugosidad y pegajosidad es incómoda, especialmente si eres una persona que se mueve y toca mucho el pelo. La solución, aplicarlo con el peinado ya realizado (nunca antes) y lavarlo lo antes posible porque el residuo del producto ensucia el pelo a las horas.
Por qué comprarlo
A pesar de los inconvenientes, como experta lo compraría y lo recomendaría a quien no quiera utilizar tintes de pelo ni en casa ni en la peluquería. Y sobre todo, a quien no le importe llevar las canas a diario y le apetezca lucir un tono más homogéneo en momentos puntuales. El producto cumple con lo que ofrece y una vez que lo pruebas vas a querer tenerlo siempre a mano en el baño para usarlo cuando menos te lo esperes.